Transcripción dinámica de grupo
Parte 1 - Introducción y Calentamiento (Rompehielos)
Participantes:
- Rober: (Moderador)
- Sofía: Estudiante de Psicología (23 años).
- Javier: Estudiante de ADE (21 años).
- Laura: Estudiante de Derecho (22 años).
- David: Ingeniero, estudiante máster (32 años).
Rober: Bueno, ¡hola a todos! Soy Rober y voy a ser el moderador de esta charla. Antes que nada, muchísimas gracias por sacar un hueco en vuestras agendas, que sé que a estas alturas del curso van a tope. Como os adelantaba por email, vamos a estar aquí un buen rato, charlando de forma muy relajada sobre estilos de vida, cómo usáis vuestro tiempo libre y, claro, algo de deporte.
(Rober hace un gesto abierto con las manos, sonríe y mira a cada uno a los ojos)
Rober: Quiero que os sintáis súper cómodos. Esto no es un examen, no hay respuestas correctas ni incorrectas. De hecho, las mejores sesiones son aquellas en las que os olvidáis un poco de mí y empezáis a debatir entre vosotros. Vuestra opinión sincera es lo único que importa. Todo lo que se diga aquí es confidencial, así que sentíos libres para decir lo que pensáis de verdad. ¿Alguna pregunta antes de empezar?
(Todos niegan con la cabeza)
Rober: Perfecto. Pues para romper un poco el hielo y conocernos, vamos a hacer una ronda rápida de presentaciones. Me gustaría que dijerais vuestro nombre, qué estáis estudiando y, para hacerlo un poco más divertido, que me contéis la última serie o película que os ha dejado pegados a la pantalla. Empieza tú mismo si quieres, David.
David: Vale. Soy David, estudio un máster en Ingeniería Industrial. Y la última serie… sin duda Drive to Survive, la de la Fórmula 1 en Netflix. Me flipa ver la estrategia, la presión, cómo optimizan cada detalle del coche y del piloto. Es pura competición.
Rober: ¡Buena elección! Se nota que te va el tema de la optimización y el rendimiento. Laura, ¿seguimos contigo?
Laura: Hola. Soy Laura, estoy en el último año de Derecho y preparando oposiciones a la vez, así que mi tiempo libre es… un mito (risas nerviosas). La última serie que vi fue Succession. Me enganchó mucho, pero es de un estrés… ver a esa gente siempre conspirando y luchando por el poder. A veces tenía que parar porque me agobiaba.
Rober: Entiendo perfectamente. Parece que incluso en el ocio buscas intensidad, aunque a veces sea demasiada. Gracias, Laura. Javier, tu turno.
Javier: ¡Buenas! Yo soy Javi, de ADE. A mí las series muy densas me cuestan. Yo necesito reírme, desconectar. Así que lo último que me engancha cada noche es La Resistencia. Llego a casa, me pongo a Broncano y me olvido de todo. Es mi momento de no pensar.
Rober: Desconexión y humor, ¡un buen combo! Gracias, Javier. Y por último, Sofía.
Sofía: Hola, soy Sofía, estudio un máster en Psicología Clínica. Pues la última serie que he terminado y me ha encantado es The White Lotus. Me parece fascinante el análisis que hace de los personajes, de sus neuras, de cómo intentan buscar la felicidad en sitios equivocados… Tiene un punto de sátira social que me interesa mucho por lo que estudio.
Rober: Muy interesante, Sofía. Un enfoque muy analítico, de entender a las personas. Bueno, como veis, ya solo con esto se ve que cada uno busca cosas distintas en su tiempo libre: competición, intensidad, desconexión, análisis… Vamos a ver si esto se refleja también en otras áreas de vuestra vida. Gracias a todos por compartir.
(Fin de la Parte 1)
Parte 2 - Contexto General: Estilo de Vida y Bienestar
Rober: Genial, pues vamos a entrar en materia. Laura, tú antes has dicho que tu tiempo libre es un mito, y David, que el tuyo se basa en la optimización. Contadme un poco todos, pensando en una semana normal y corriente, ¿cómo es vuestro día a día? ¿Cómo es ese puzle de piezas que tenéis que encajar?
Laura: (Suspira y hace una mueca) Es un Tetris imposible. De esos en los que te caen las piezas a toda velocidad y nunca tienes la que necesitas. En serio, de lunes a viernes es: ir a clase, salir corriendo a las prácticas, llegar a casa, intentar estudiar algo del temario de la opo y caer rendida. El fin de semana es para intentar encerrarme en la biblioteca y adelantar. Si quedo un sábado por la noche con mis amigos, lo pago con una sensación de culpa terrible el domingo por la mañana.
Rober: Esa sensación de culpa… es potente. ¿Alguien más se siente así?
Javier: Hombre, el Tetris lo tenemos todos, yo creo. Pero el mío es más de encajar los partidos de pádel, las cañas después del partido, los trabajos en grupo de la uni y alguna escapada. No siento tanta culpa, la verdad. Pienso que si no desconecto, no rindo. Es una inversión. Aunque mi madre no lo llamaría “inversión” (risas).
David: Yo no lo veo como un Tetris caótico, sino como un sistema que hay que gestionar. Mi Google Calendar es mi biblia. Tengo bloques de tiempo para estudiar, para el proyecto del máster, para entrenar y hasta para el ocio. Si no lo planifico así, la entropía se apodera de todo y no llego a nada. Para mí, la sensación de descontrol que describe Laura es lo que intento evitar a toda costa. El descontrol es ineficiente.
Sofía: Qué interesante lo que decís, porque aunque las estrategias son distintas, la sensación de fondo parece ser la misma: la de estar siempre “haciendo” algo. Como si el simple hecho de “estar” ya no fuera una opción. Laura habla de culpa, Javier de “inversión” para rendir… Es que esa sensación de “debería estar haciendo otra cosa” es la definición del burnout, ¿no? Nunca estás presente del todo porque tu mente está en la siguiente tarea.
Rober: Has dado en una clave, Sofía. El estar siempre “haciendo”. Y eso me lleva directamente a la siguiente pregunta, que es el corazón de este bloque. En ese puzle, en ese sistema o en ese caos… ¿qué lugar ocupa “cuidarse”? ¿Qué significa para vosotros esa palabra tan de moda, “bienestar”?
Laura: Para mí es una aspiración. Un lujo. O peor, es otra tarea más en la lista de “cosas que debería hacer y no hago”. Veo en Instagram a gente que medita, que come boles de fruta perfectos… y me genera más ansiedad. Pienso: “genial, otra cosa en la que estoy fallando”. Para mí, cuidarme sería poder dormir ocho horas sin poner el despertador. Con eso me conformaría.
Rober: O sea, para ti el bienestar se ha convertido casi en una fuente de estrés más.
Laura: Totalmente.
David: Yo vuelvo a mi idea de antes: es mantenimiento. Como llevar el coche al taller o actualizar el software del ordenador. Si no lo haces, el sistema se cuelga y te deja tirado. Para mí, “cuidarse” es muy pragmático: dormir mis 7-8 horas sí o sí, comer de una forma que me dé energía para entrenar y estudiar, y hacer deporte para liberar el estrés acumulado y poder concentrarme mejor. No es un placer en sí mismo, es una necesidad para que el resto funcione.
Javier: (Niega con la cabeza) Uf, yo así no podría vivir. Suena a trabajo. Para mí es mucho más simple: cuidarme es pasármelo bien. El pádel es cuidarse porque me río, compito un poco y luego me tomo algo. Ir a un concierto es cuidarse. Hacer una barbacoa con los colegas es cuidarse. Si no me divierte, no lo considero cuidarse. No me voy a poner a meditar, te juro que me muero del asco.
Sofía: Yo creo que estoy en un punto intermedio entre todos. Durante mucho tiempo pensé como Laura, que era una obligación más. Pero ahora, por lo que estudio y por experiencia propia, entiendo que “cuidarse” no es una tarea, sino el pegamento que une todo lo demás. Es darte permiso para no hacer nada. Es elegir comer algo que sabes que te sienta bien en lugar de lo primero que pillas. Y sí, es mover el cuerpo, pero no como un castigo, sino como una forma de escucharlo. Es ser un poco más amable contigo mismo.
Rober: Me encanta esta tensión que ha salido. El bienestar como lujo, como mantenimiento, como diversión o como filosofía. Es increíblemente revelador. Y esto me lleva a la última pregunta de este bloque para resumir todo esto. Si tuvierais que describir vuestro estado de ánimo o vuestro nivel de energía general en una sola palabra, ahora mismo, en esta etapa de vuestra vida, ¿cuál sería?
Laura: … Saturada.
David: … Gestionado.
Javier: … Disfrutón.
Sofía: … Consciente.
Rober: Wow. Saturada, gestionado, disfrutón, consciente. En cuatro palabras habéis definido perfectamente las diferentes maneras de vivir esta etapa. Está claro que el punto de partida de cada uno es muy diferente. Esto nos da una base increíble para lo que vamos a hablar ahora, que es cómo el deporte encaja, o no, en todo esto.
(Fin de la Parte 2)
Parte 3 - Inmersión en Deporte y Actividad Física
Rober: Pues vamos a ello. Hemos hablado de vuestro estilo de vida, de cómo os sentís… Laura “saturada”, David “gestionado”, Javier “disfrutón” y Sofía “consciente”. Ahora quiero que me contéis cómo el deporte o la actividad física encaja en ese cuadro. ¿Qué hacéis para manteneros activos? Y vale todo, eh, desde levantar pesas a bailar en vuestra habitación o subir los cinco pisos de vuestra casa a pie porque pasáis del ascensor.
Javier: Yo ya lo he dicho antes. Mi religión es el pádel. Mínimo dos partidos a la semana, si los astros se alinean. Es sagrado. Y si algún día no puedo, me subo por las paredes.
Rober: ¿Y qué es lo que te da el pádel, Javi? ¿Por qué es tu “religión”?
Javier: Es el pack completo. Es el pique de la bola que entra por milímetros, la bandeja que le haces al rival y te quedas a gusto… y luego, lo mejor, la cerveza de después comentando la jugada. Es mi forma de socializar. Mis mejores amigos han salido de la pista de pádel. Si me dices de ir a correr solo por el parque… me da una pereza que me muero. Necesito el componente social.
Sofía: Yo justo al revés. Busco la soledad, mi momento. Hago yoga en un centro pequeño, muy tranquilo, dos veces por semana. Y los fines de semana intento hacer alguna ruta de senderismo, aunque sea corta. Para mí, la actividad física es una forma de introspección, de conectar conmigo y con la naturaleza. El ruido de un gimnasio lleno de gente me estresa. Necesito silencio.
David: Yo combino. Corro tres veces por semana, solo, siguiendo mi plan de entrenamiento. Ahí es donde busco el rendimiento, bajar mis marcas, mejorar la cadencia… es mi parte “gestionada”, como decíamos antes. Y luego, dos días, hago calistenia en un parque de barras, y ahí sí que coincido con más gente. No es que quede con ellos, pero se crea un ambiente de comunidad, de gente que está a lo suyo pero que se respeta. Ves a alguien hacer un ejercicio nuevo y le preguntas… hay un aprendizaje compartido.
Rober: Qué interesante esa dualidad, David. ¿Y tú, Laura? Has dicho antes que lo intentas…
Laura: (Sonríe con resignación) Lo mío es una relación de amor-odio. Me apunté a un gimnasio de estos 24 horas, de bajo coste, porque es lo único que me puedo permitir y que se adapta a mi horario caótico. Voy cuando puedo, que suele ser tarde y con pocas ganas. Hago algo de cardio en la elíptica mientras veo una serie en el móvil y algunas máquinas. No tengo ni idea de lo que hago, la verdad. Sigo alguna tabla que he visto por internet.
Rober: Y cuando vas, a pesar del cansancio, ¿por qué lo haces? ¿Qué buscas en ese rato?
Laura: Intento acallar la voz en mi cabeza que me dice “eres un desastre, no te cuidas nada”. Es como… cumplir. Un check en la lista. Y, no te voy a engañar, también porque me veo peor físicamente. Paso tantas horas sentada que siento que mi cuerpo se está… atrofiando. Y con el verano a la vuelta de la esquina, pues ya sabes. La presión estética está ahí.
Rober: Gracias por la sinceridad, Laura. Has puesto sobre la mesa un tema clave, la presión estética. ¿Cómo lo vivís los demás?
David: Para mí es una consecuencia, no un objetivo. Si entreno para rendir más, el resultado es que estoy en forma. Pero no entreno para “estar en forma”, ¿se entiende la diferencia? Mi objetivo es correr más rápido, no tener abdominales.
Sofía: Yo he tenido una lucha con eso. El yoga me ha ayudado mucho a reconciliarme con mi cuerpo. A centrarme en lo que puede hacer, en su fuerza, en su flexibilidad, en lugar de en cómo se ve en el espejo. Pero la presión está por todas partes, es muy difícil aislarse.
Rober: Está claro que las motivaciones son un mundo. Hemos hablado de socializar, de introspección, de rendimiento, de cumplir, de estética… Ahora hablemos de lo contrario. De los “villanos”, como decía antes. ¿Qué os impide hacer más deporte o ser más constantes? Laura ya ha mencionado la pereza y el dinero.
Javier: Organizarse. Sincronizar a cuatro personas con trabajos y estudios es un suplicio. Y las instalaciones… encontrar una pista de pádel libre a una hora decente y a un precio razonable es una odisea. A veces te pasas más tiempo en el grupo de WhatsApp organizando que jugando.
David: La fatiga mental. Hay días que he estado tan concentrado estudiando que el cerebro me pesa. Y aunque sé que correr me vendría bien, la energía de activación para simplemente ponerme las zapatillas es brutal. Y el riesgo de lesión, claro. Si me lesiono, todo mi “sistema gestionado” se va al traste.
Sofía: El precio, sin duda. Un buen centro de yoga es una inversión considerable. Y también encontrar un buen profesor. He estado en sitios donde el profesor parecía un sargento, y eso es justo lo contrario de lo que busco. La calidad del instructor y el ambiente del lugar son decisivos para mí.
Laura: Yo añado a lo que dije… la falta de conocimiento. Entro al gimnasio y veo mil máquinas y no sé por dónde empezar. Me da vergüenza preguntar. Siento que todo el mundo sabe lo que hace menos yo. Es una sensación de ser juzgada, aunque probablemente sea solo cosa mía. Pero es un freno enorme. Me siento fuera de lugar.
Rober: Esa sensación de “sentirse juzgada” o “fuera de lugar”… es potentísima. Y me lleva a la última pregunta de este bloque. Cuando hacéis deporte, ¿preferís solos o acompañados? Ya lo habéis ido mencionando, pero me gustaría profundizar. Javi, tú eres claramente de “acompañado”. David, parece que combinas. Sofía, de “sola”. Y Laura…
Laura: Sola. Totalmente. Ya me siento bastante expuesta como para encima tener que dar conversación a alguien. Necesito mis auriculares, mi burbuja y que nadie me mire.
Javier: ¡Yo me moriría del aburrimiento! El deporte para mí es una excusa para estar con gente. Si no, no le veo la gracia. Es como ir al cine solo, no lo entiendo.
Sofía: Para mí, estar acompañada en ese momento sería una distracción. Necesito escuchar mi respiración, concentrarme en la postura… Es un diálogo interno. Si hay alguien más, ya no es mi momento, es un momento compartido, que es otra cosa. Y para eso ya tengo otros espacios.
David: Depende del objetivo. Para el entrenamiento de series, necesito estar solo, concentrado en el ritmo, en el sufrimiento. Pero para una tirada larga de domingo, a un ritmo suave, a veces sí que quedo con algún compañero. Se hace más ameno. Uso a la gente para lo que me interesa en cada momento (ríe). Es una decisión estratégica, como todo lo demás.
Rober: Estratégica, claro. Qué bueno. Pues fijaos todo lo que ha salido: desde el deporte como evento social a una forma de meditación en movimiento. Y las barreras, que van desde lo práctico como el dinero y el tiempo, a cosas mucho más profundas como el miedo a ser juzgado o la fatiga mental. Esto es oro puro.
(Fin de la Parte 3)
Parte 5 - Consumo y Percepción de Marcas
Rober: Muy bien, hemos cubierto mucho terreno. Ahora quiero que nos pongamos en situación de compra. Imaginad que necesitáis unas zapatillas nuevas o ropa para hacer vuestra actividad. Vais a una tienda o abrís el navegador. ¿Qué es lo más importante para vosotros? Si tuvierais que hacer un ranking mental rápido, ¿qué pesa más: el precio, la marca, que sea bonito, la calidad técnica, que sea sostenible…?
Laura: (Sin dudar) El precio. Primero miro el precio, luego el precio y después… el precio. Busco en Vinted, en outlets, en rebajas. Mi presupuesto es el que manda. Si entre dos opciones baratas una es un poco más bonita, pues genial. Pero la variable principal es el coste, con diferencia.
Javier: Yo hago un balance. Lo primero es que me guste, el diseño. Que sea ropa que, si después del pádel vamos a tomar algo, no parezca que vengo de hacer la maratón de Nueva York. El rollo athleisure. Luego, la marca. Me gusta llevar marcas conocidas. Y después el precio. No me importa pagar un poco más si la marca y el diseño me molan. La sostenibilidad… te soy sincero, no lo pienso.
David: Para mí el ranking es claro: primero, calidad y tecnología. Leo reseñas, comparativas… necesito saber que la zapatilla tiene la amortiguación que busco, que la camiseta es transpirable. Segundo, la marca, porque ciertas marcas son garantía de esa tecnología. Y tercero el precio. Estoy dispuesto a invertir si el producto es técnicamente superior. Para mí, es una herramienta de trabajo.
Sofía: Mi orden sería: primero, la ética de la marca y la sostenibilidad. Intento investigar un poco, ver si usan materiales reciclados, si producen de forma justa… Segundo, la comodidad y la calidad del tejido, que sea agradable al tacto y duradero. Y tercero, el diseño, que sea algo sencillo, minimalista, con colores neutros. El precio es un factor, claro, pero prefiero comprar menos cosas y de más calidad y con las que me sienta bien éticamente.
Rober: Cuatro perfiles de compra totalmente distintos. El económico, el social-estético, el técnico-funcional y el ético-consciente. Genial. Ahora, un ejercicio rápido. Voy a decir “marca de deporte” y me lanzáis los primeros nombres que se os vengan a la cabeza. ¡Vamos allá!
Javier: Nike.
Laura: Adidas. Y Decathlon.
David: Asics, Salomon.
Sofía: Lululemon, Patagonia.
Javier: ¡Puma! Y para pádel, Bullpadel, Nox…
Rober: (Anotando en una lista visible para todos: NIKE, ADIDAS, DECATHLON, ASICS, SALOMON, LULULEMON, PATAGONIA, PUMA, BULLPADEL…) Perfecto. Mirad la lista. Ahora quiero que juguemos un poco. Imaginad que todas estas marcas son personas y están en una fiesta. ¿Cómo sería Nike?
Javier: Nike es el anfitrión. El popular, el que conoce a todo el mundo. Va vestido a la última, seguramente con unas zapatillas de edición limitada que nadie más tiene. Habla alto, es carismático, un poco arrogante quizás. El centro de atención.
Laura: Y Adidas es su archienemigo cool. Más discreto, con un rollo más retro, más europeo. No necesita gritar para llamar la atención. Es el que pone la música buena. Hablaría de música, de arte, de cultura urbana.
Sofía: Me encanta esa descripción. Y Lululemon sería la chica que acaba de llegar de un retiro de yoga, con un té matcha en la mano. Irradia calma. Habla en voz baja, te pregunta cómo estás y te escucha de verdad. Va impecable, pero con una ropa que parece comodísima. No habla de deporte, habla de bienestar.
David: Y Salomon y Asics estarían en una esquina, hablando de cosas que nadie más entiende. De la dureza de la suela, del drop de la zapatilla, de su último ultra maratón por los Alpes. Son los ingenieros de la fiesta. No están ahí para socializar, están ahí porque el recorrido de la fiesta tenía un desnivel interesante.
(Todos ríen)
Laura: ¡Total! ¿Y Decathlon?
Javier: Decathlon es el amigo de todos. El que ha venido en transporte público, con la ropa cómoda y funcional. No es el más guay, pero te cae bien. Te soluciona cualquier problema. “¿Necesitas un sacacorchos? Toma. ¿Un cargador? Toma.” Es práctico, sin pretensiones. El buenazo.
Rober: ¡Brutal! Me habéis hecho un mapa de personalidades perfecto. Ahora viene la pregunta clave. Os voy a decir una marca y quiero que, con la misma sinceridad, me digáis dónde estaría en esta fiesta. La marca es Reebok Sport.
(Se produce un silencio de unos segundos. Los participantes se miran, fruncen el ceño)
Laura: ¿Perdón? ¿Puedes repetirlo?
Rober: Reebok Sport.
Javier: No ha venido a la fiesta. No le han invitado (risas).
David: No me suena de nada. Pero si me guío por el nombre… “Nova” y “Sport”… suena… genérico. Como una marca de las que venden en un supermercado grande, en el pasillo de deportes. Estaría en la cocina, rellenando los boles de patatas fritas, y nadie se daría cuenta de que está ahí.
Sofía: Me transmite una sensación de antiguo. “Nova” suena a los años 90, como “Telepizza” o “Pryca”. Me imagino a una persona mayor, quizás el padre de Asics, que fue un gran atleta en su día y ahora intenta contar sus batallitas, pero nadie le hace mucho caso.
Laura: O peor. Es el típico que intenta ir de joven y moderno pero no lo consigue. Lleva unas zapatillas que quieren ser guays pero se nota que son de hace tres temporadas. Da un poco de… ¿cómo decirlo? ¿cringe?
Rober: ¿cringe? Vale, me quedo con esa palabra. Así que las sensaciones son: genérico, anticuado, irrelevante o incluso un poco fuera de lugar. Nadie ha mencionado nada positivo.
(Nadie responde. Asienten o hacen gestos de confirmación)
Rober: Entendido. Creo que esto no puede ser más claro. Gracias por la honestidad, de verdad.
(Fin de la Parte 5)
Parte 6 - Cierre y Agradecimiento
Rober: Bueno, pues hemos llegado casi al final. Llevamos casi 90 minutos y habéis compartido un montón de ideas súper valiosas, de verdad. Desde la culpa por no tener tiempo que sentía Laura, a la visión del deporte como evento social de Javier, el enfoque en el rendimiento de David o la búsqueda de bienestar consciente de Sofía. Ha sido un viaje muy completo. Para terminar, quiero pediros un último esfuerzo de síntesis. Si tuvierais delante al CEO de una marca deportiva como… Reebok Sport, y solo pudierais darle un único consejo para que conectara con gente como vosotros, ¿cuál sería?
Laura: Yo le diría que se baje a la tierra. Que deje de mostrar súper atletas y cuerpos perfectos y empiece a hablarle a la gente normal, a la que le cuesta, a la que no tiene tiempo ni dinero. Que sea realista y accesible. Que valide el esfuerzo de caminar 30 minutos, no solo el de correr una maratón.
Javier: El mío sería: “crea excusas para que nos juntemos”. Organiza eventos, torneos amateur, quedadas después de un partido… Haz que tu marca no sea algo que nos ponemos, sino algo que hacemos juntos. Construye una comunidad real, no una de seguidores en Instagram.
David: Yo le diría que sea honesto con su producto. Que no me venda humo ni marketing emocional. Que me demuestre con hechos y datos por qué su zapatilla es mejor. Que invierta en I+D y que lo comunique con transparencia. Que respete mi inteligencia como consumidor.
Sofía: Y yo le pediría que tuviera un propósito real. Que vaya más allá de vender ropa. ¿Qué aporta al mundo? ¿Cómo cuida el planeta? ¿Cómo promueve una salud mental positiva? Le diría: “define tus valores y sé coherente con ellos en todo lo que hagas”. Queremos comprar marcas en las que creemos, no solo cosas que nos ponemos.
Rober: (Asintiendo lentamente mientras anota las últimas ideas) Realismo, comunidad, honestidad y propósito. Vaya cuatro pilares. No creo que se pueda resumir mejor. Antes de despedirnos, ¿hay algo más que creáis que es importante y que se nos haya quedado en el tintero? ¿Alguna idea que os haya surgido?
(Los participantes se miran, pensando)
Javier: Quizás el tema de las tallas. A veces es un lío. Una M en una marca es una L en otra. Un poco de estandarización no vendría mal.
Sofía: Y la inclusividad. No solo en los cuerpos que se muestran, sino en la ropa. Que haya opciones para todo tipo de cuerpos, no solo para los normativos.
Rober: Buen punto, la estandarización y la inclusividad real. Lo anoto. Pues ahora sí. No os robo más tiempo. De verdad, en nombre de mi equipo, quiero daros las gracias. Vuestra sinceridad y vuestras ideas han sido increíblemente útiles. Nos habéis dado una visión súper clara de vuestro mundo. Gracias por vuestro tiempo.
(Rober sonríe a todos, cerrando su cuaderno)
Laura: Gracias a ti, ha sido interesante.
Javier: Sí, ¡ha estado guay!
(Los participantes se levantan, conversando entre ellos de forma más distendida mientras se preparan para irse)